Descripción
En algunas culturas se consume la sangre como alimento, a menudo en combinación con carne. Puede hacerse en morcillas, como espesante para salsas, en salazón para épocas de escasez o en una sopa de sangre.
La sangre puede freírse o tomarse fresca, justo después de que el animal se sacrifique. Se toma encebollada o en fritanga. La sangre de algunos animales, como el pollo, se suele preparar con diferentes platos de arroz.